CAMPESINA HUAÑINA SOBRESALE CON EL" WAQRAPUKU"

"Soy campesina, reina de las punas frías".
Un encuentro con Ernestina Rodríguez, tejedora, cantante y amante del waqrapuku.
Huañec es una pequeña ciudad perteneciente a la provincia de Yauyos, en la región Lima, a 3,202 metros sobre el nivel del mar. Aproximadamente a seis horas de Lima. Sus habitantes se dedican a la agricultura, ganadería y comercio, y también a la artesanía textil y a la música.
Sus mantas son famosas y fueron exhibidas recientemente en la feria Ruraq Maki 2016, donde nos encontramos con la señora Ernestina Rodríguez Basurto (72), quien tocó el waqrapuku para LaMula.pe.
"Me gusta el arte, bailar, tocar y cantar", me dice doña Ernestina. Toca el rondín pero su instrumento predilecto es el instrumento musical de viento a base de cuernos de vaca, que aprendió a tocar cuando tenía 15 años.
"El waqrapuku me atrae, es muy alegre. Lo toco cuando estoy en el cerro, cuando amanece con los primeros rayos del sol. También en las noches, cuando estoy sola bajo las estrellas. A la gente le gusta escucharme, a veces llora, pero también se alegra", cuenta.
En Huañec, cada mes de junio se celebra la fiesta de la herranza, la clásica marca de ganado. Y es entonces cuando Ernestina junto con sus vecinas y vecinos tocan el waqrapuku. Las corridas de toros, llenas de colorido tienen también el fondo musical con este instrumento de sonido grave.
Y como ya lo dijo Ernestina, también le gusta cantar: "Soy campesina, reina de las punas frías, soberana de los nevados, donde vuelan los cóndores...".
Ha estado en Lima, para vender sus productos en Ruraq Maki, pero la verdad es que no le gusta Lima. "Es una ciudad triste, prefiero mi comunidad. En el campo soy alegre, pasteando mi ganado. Me gusta mi pueblo, allá tenemos carne, queso, leche; sembramos trigo, papas, habas y más".
Ernestina, quien estudió hasta primaria pero sabe mucho de la vida, no quiere quedarse más tiempo en la capital, extraña a sus cuatro hijos y a sus tres nietos. A sus vaquitas, sus árboles, sus cerros.
Si viajas a Huañec, no dudes en buscarla, te recibirá con dulzura y alegría.